Luego de dos años y medio de proceso de evaluación por parte de la organización global Sistema B, Viña Concha y Toro recibió la certificación como Empresa B, la cual reconoce a aquellas compañías que cumplen con altos estándares de gestión ambiental, gobernanza y desempeño social.
Las filiales productivas que forman parte del Grupo, Concha y Toro (Chile) Viña Cono Sur (Chile) y Bodega Trivento (Argentina) también recibieron la certificación tras alcanzar los requisitos, sumándose a Fetzer Vineyards (Estados Unidos) que ya contaba con este sello desde 2015.
“Esta certificación es un paso firme en nuestro compromiso empresarial con las temáticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo, que son parte fundamental de nuestros pilares de crecimiento. Ser parte de este movimiento global es emprender un camino de constante mejora, buscando generar desde nuestro negocio un impacto positivo y hacer una contribución a los desafíos globales”, señaló Eduardo Guilisasti, Gerente General de Viña Concha y Toro.
De esta forma, la compañía se convierte en la empresa vitivinícola más grande en sumarse a este movimiento global, que reúne cerca de 4.000 empresas en todo el mundo que trabajan para generar un cambio sistémico y construir un modelo económico equitativo, inclusivo y regenerativo para las personas y el planeta.
“Celebramos y recibimos con alegría la certificación del holding Viña Concha y Toro como Empresa B, la que se convierte en la primera empresa B chilena abierta en bolsa. Esta certificación nos demuestra que es posible compatibilizar productos de gran calidad y rentabilidad financiera, con la adquisición de un compromiso de mejora continua en los impactos sociales y ambientales de la empresa. Es un hito histórico para el Movimiento B en Chile y un ejemplo que esperamos sea seguido por otras empresas de mayor tamaño, de este y otros sectores productivos”, señaló Josefa Monge, Presidenta Ejecutiva Sistema B Chile.
La sustentabilidad es uno de los pilares centrales de la estrategia de Viña Concha y Toro y desde 2011 cuenta con una Estrategia de Sustentabilidad que ha servido como hoja de ruta en este camino. Los avances se han concretado en seis ejes: clientes, productos, personas, sociedad, cadena de abastecimiento y medioambiente.
En la última década, la compañía ha puesto especial foco en dos grandes desafíos globales: Agua y cambio climático. En relación al primero, la compañía cuenta con sistemas de riego tecnificado y por goteo en el 100% de sus operaciones, lo cual asegura un uso responsable del agua. Además, fue la primera viña del mundo en iniciar hace 10 años la medición de su huella de agua, lo que ha servido para guiar acciones hacia la reducción de su huella hídrica que hoy es un 50% menor al promedio de la industria vitivinícola global.
En cuanto al cambio climático, desde 2018, la empresa cuenta con metas de reducción de emisiones basadas en la ciencia climática y que tienen el propósito de frenar el incremento de la temperatura del planeta por sobre los 1,5°C, en línea con iniciativas internacionales. Los avances en descarbonización de su matriz energética y la implementación de soluciones basadas en la naturaleza han jugado un rol clave en estas reducciones. El objetivo de la compañía es reducir en 55% sus emisiones al año 2030.
“Ser parte de la comunidad de Empresas B es el resultado de un proceso de dos años y medio de mucha colaboración interna y entusiasmo por el desafío que significaba evaluar todas nuestras operaciones globales. Hemos tenido aprendizajes profundos, que estamos incorporando en nuestra Estrategia de Impacto Positivo, con la que guiamos nuestras acciones a futuro”, destacó Valentina Lira, Gerente de Desarrollo Sustentable de Viña Concha y Toro.